Atrápame si Puedes

Sin límites, sin reglas, sin nada.

Pues si, anoche me encontré en una de esas raras ocasiones en que ves una buena película en la televisión. Incluso mi mamá y yo nos apuramos con los preparativos en la cocina durante los anuncios para no perdernos nada.

¿Y cuál era la película? Catch me if you can, con Tom Hanks y Lonardo di Caprio. A Hanks lo admiré muchísimo por Apollo 13 y La Terminal _ valdría la pena hacerle un post al tipo_, y a Leonardo ya le tengo más respeto que antes. En Titanic la química con Kate Winslet fue un FAIL (pienso yo) pero en pelis como La Playa, Pandillas de Nueva York y El Aviador ya lo vi como un actor serio.

Está basada en una historia real, pasando de admirable a impresionante. Es un muchacho que, a sus diecinueve años, ya había estafado a varios países por una suma de $4 millones; eso hace treinta años, ¿cuánto valdría eso ahora?. Me reí casi toda la película, la mayoría de veces de los puros nervios.

En lo personal, mi escena favorita ocurre en su primer día en la nueva escuela. A su familia le han embargado su enorme casa, a pesar de los engaños del padre para conseguir un préstamo_ él tampoco era un santo_; esto significa que Frank debe pasar de una escuela privada a una pública. Esa primer día, su madre intenta sin éxito convencerlo de no llevar el uniforme, lo que le trae problemas con un futbolista, quien lo escoge como su víctima personal.

Al entrar a la clase lo provoca diciéndole “pareces suplente de maestro”. Entonces Frank deja los libros en la cátedra, toma el yeso y escribe su nombre en el pizarrón. “Mi nombre es Señor Abignale…”; el chico de dieciséis años interpreta a la perfección el papel de maestro sustituto… por una semana. Qué chico abusado no querría darle una lección a los bullies de ese modo.

Lo que más me impresiona es la humanidad de Frank. Todos querríamos tener el prestigio, la admiración y el dinero de una profesión prominente; al fin y al cabo, por eso trabajamos, ¿no? A riesgo de hacer un spoiler, diré que este film nos enseña exactamente lo contrario, no es el tipo de película que idealiza la vida de villanos, como está tan de moda ahora. Creo que vale la pena verla de principio a fin, y más de una vez. Podríamos aprender una cosa o dos sobre nosotros mismos.