viernes, noviembre 26, 2010

El Mercado Navideño de Guatemala

Hoy hay protesta en la ciudad de Guatemala, no es gran novedad debo decir. Lo interesante es que esta vez son los vendedores navideños, los que solían colocarse en el gran terreno que está junto al INCAN y en donde están construyendo campos de football, lo que significa no más mercado navideño.

Hace unas semanas pasé por ahí y pude ver las vallas que anuncian el proyecto. No le di gran importancia hasta que vi la puerta, y de pronto recordé dónde estaba. Aun con los años, no se me borra la imagen de esa portón y los cientos de puestos de artículos para las fechas. Yo nunca había visto ese lugar como algo más que un mercado, y la idea me dolió.

Antes de Cemaco, Sears y de que la zona 7 y 11 dejaran de ser mi hábitat natural, cuando todavía mi tamaño me dejaba los objetos en los mostradores justo a la altura de los ojos, cuando mis sentidos estaban mucho más cerca del suelo, solíamos ir al mercado navideño.

No me gusta ir al mercado, el normal. Es ruidoso, laberíntico y muy poco agradable a la vista. Sin embargo, era una emoción ir cada año a este otro, al mercado navideño, más para un niño. Como decía, todos los productos interesantes me quedaban delante de los ojos: las figuras de nacimiento, las cubetas con aserrín (si no te veían podías tocar esas montañas de colores, todavía húmedas por el colorante), las casas del nacimiento, las ovejas de tusa. Eso sin contar el magnífico olor del pinabete y la manzanilla, las luces exhibidas en los estantes... con música incluida. Una música que, después de descubrir la diferencia entre mp3 y midi suena tan "corriente" pero que entonces era más navideña incluso que lo que oías en la radio.

Era la primera y quizá la mejor probada de la Navidad que tenía. Afortunadamente, Roberto Urrea tuvo la genial idea que yo no tuve y fotografió el lugar.

Ventas del mercado de Navidad en los Campos del Roosevelt. Guatemala. Navidad 2008.

jueves, octubre 07, 2010

René

Quise ponerle un nombre. Se las presento.

domingo, agosto 22, 2010

El ramo de lavanda

Es curioso lo que recordamos, decía Forrest Gump. Supongo que también es curioso lo que apreciamos. En mi cumpleaños me regalaron algunos libros, maquillaje, accesorios; cada persona me regaló algo acorde a la parte de mí que conocen. Por eso mi sorpresa cuando una prima me regaló algo de lo más extraño:

Era un puñado de lavanda, cuidadosamente envuelto dentro de una bolsa de tul color fuscia y atado con un lacito blanco. Ella es diseñadora de modas, así que me dio la impresión de que me daba una parte de sí misma. De hecho, lo curioso fue que ya su familia me había regalado algo, y ella misma me obsequió un libro; así que el ramillete era completamente innecesario. Y por ser innecesario fue totalmente espontáneo y tremendamente significativo; como las cosas que decimos cuando ya hemos preguntado y respondido las frases "de regla" y ya no estamos obligados a decir nada, esas sonrisas que no tienen motivo específico.

Tengo el regalo en mi mesa de noche, y a veces abro la gaveta y aspiro el aroma con los ojos cerrados. En cierto modo, cada vez que lo hago ella y yo conversamos.

jueves, junio 17, 2010

Al cielo

Poemas
que inspiran canciones,
que inspiran un dibujo,
que inspira un post.






I went to heaven por Emily Dickinson
Traducción libre

Fui al Cielo,
era un pueblo pequeño
iluminado con rubíes
moldeado con un torno.

Más quieto que los campos
llenos de rocío
bello como obras
que ningún hombre ha pintado.

A la gente le gusta la polilla
de los encajes franceses,
los deberes sutiles,
y los nombres al azar.

Podría estar casi contenta
entre una sociedad tan única.


martes, junio 08, 2010

Fragmento

El joven vagabundo y el capitán prófugo descansaban ahora en una cueva con apenas la suficiente altura para permanecer sentados.

Furioso, el militar se quitó la capa color índigo que hasta ahora había distinguido su rango.
— No puedo creerlo. ¡Sabían que lo que dijimos era cierto, y aun así nos acusaron, nos persiguieron!

El joven afilaba la punta de una rama gruesa con su navaja.
—No, capitán. Nos acusaron por eso.— y sonrió. Eran todos tan inocentes en ese lugar, y mientras más cerca estuvieran de la Corona, más engañados vivían.

El capitán parpadeó. Le contestó en el tono paternal con que le hablaba normalmente.

— Tú no lo entiendes. Este lugar no es como el tuyo. Debe ser muy difícil de creer para ti, que has viajado mucho y para ti la humanidad es siempre la misma. Pero aquí te equivocas.

— Explíqueme entonces usted lo que acaba de pasar.

Silencio. El joven le entregó la lanza que acababa de improvisar y le dijo:

— Lo más peligroso de este mundo es la verdad, porque es difícil lidiar con ella. Las mentiras son seguras, digeribles, políticamente correctas. Y no importa el tamaño o lo relevante de esa verdad, le temen por el hecho de ser real. Y el temor es algo que nos mueve a todos, absolutamente a todos.

Tomó otra rama y empezó a afilar la punta. Iban a necesitarlas.

viernes, junio 04, 2010

¿Cuánto durará la vida? A veces parece un minuto, a veces un minuto bajo el agua.

viernes, mayo 21, 2010

Me dieron ganas de bailar, y dibujé.

Al fin hice el primer experimento con la tablet, la inspiración vino escuchando a Carmen Paris, con su Canción "Cuerpo Triste". Una salsa preciosa, muy española.



Y lo que surgió mientras la escuchaba (unas cuantas veces) fue esto:


Habría querido mostrar un diseño más acabado, pero decidí traerles lo que dibujo "como sale" para ver mi propio progreso. Si todo sale bien, traeré una ilustración semanal; espero encontrar esos pedacitos de inspiración que me dejen traerles algo que valga la pena ver.

lunes, mayo 03, 2010

Nothing fixes a thing so intensely in the memory as the wish to forget it.
Michel de Montaigne

miércoles, abril 14, 2010

¿Cómo saber si dar Unfollow?

En Twitter, dejar de seguir a un usuario puede ser bien aceptado o tener repercusiones como perder una amistad valiosa o recibir unfollow masivos de regreso. Para evitar disgustos, aquí hay una guía para saber si deberías dar unfollow, block o simplemente olvidarte del asunto.

lunes, abril 12, 2010

Viceversa

Se volvieron oscuros los días, o cerré los ojos.
Llovió con la fuerza de un huracán, o lloré desconsoladamente.
Perdí las fuerzas, u olvidé que las tenía.
Morí, o me negué a seguir viviendo.
El mundo se volvió en mi contra, o esperé demasiado de él.
Se fueron los amigos, o dejé de preocuparme por ellos.
Murió el amor dentro de mí, o dejé de alimentarlo.
Murió el amor dentro de mí, o nunca existió.
Murió el amor dentro de mí, o viceversa.

viernes, marzo 12, 2010

Bocetando: Pies


Se darán cuenta de mi maña de dibujar en papeles ya usados, es que son menos intimidantes. Las hojas en blanco te exigen la perfección, casi puedo oírlas decir: "Si me vas a dejar marcada de por vida, más te vale que sea por algo!"

Siempre se les agradece la crítica y de paso alimentan el blog, aunque últimamente se está poniendo algo obeso el muchacho.

lunes, marzo 08, 2010

El perro se comió mi tarea

Ah, las excusas.

Esta es una tarea que hicimos con Ale. Gracias mano, esta entrada es más tuya que mía porque toda la paja te la echaste tú, mi aporte fue casi solo de redacción. Yo sería incapaz de mentir de ese modo... ¿de qué te ríes?



El día se veía normal, era una hora prudente, no era viernes ni fin de mes y no había ninguna señal de manifestaciones. Entonces_ se preguntará usted licenciado_ ¿cómo es que está leyendo usted esta justificación de mi llegada ligeramente tarde?

A las cinco y cuarto ya tenía todo listo. En la mochila de uno de mis hermanos llevaba el cuaderno, la tarea, lapiceros y el cigarro que iba a fumarme después de la clase. No durante, claro. Salí un poco rápido para evitar que me viera Rustrián (no tenía permiso para llevarme su bolsón), pasé por su cuarto sin hacer ruido, bajé la escalera y llegué a la puerta, sólo para encontrármelo ahí parado con su novia; su novia, la que le había regalado la mochila que ahora se había convertido en mi ruina.

_ ¿Así te gusta que te regale cosas?_ le espetó a mi hermano, y luego me miró de arriba a abajo. La arpía.

Entonces Rustrián agarró de un solo la bolsa, abrió el zipper y dejó caerlo todo en el jardín. Yo me agaché a recogerlo, aguantándome las ganas de decirle tres cosas. Su novia agarró el cuaderno y empezó a verlo descaradamente. Se detuvo en los bocetos de la clase de dibujo y comentó:

_ Si esto es lo que vas a hacer a la U, ¿no deberías buscarte algo más barato en dónde llevarlo?
_ ¡No me volvas a hablar así!_ amenacé.
_ ¡A ti, yo te hablo como quiero!

Fue demasiado. me arrojé encima de ella y al momento salieron mis otros dos hermanos. Para variar, ninguno tomó mi lado sino que ayudaron a Rustrián, porque es el mayor y todos le tienen algo de miedo. Estaba tan enojada que empecé a arañarlos a todos para zafarme, además de que me estaban retrasando para llegar a la clase. Me arrastraron a la casa y de un empujón me metieron a mi cuarto. Luego atrancaron la puerta.

A pesar de mis exigencias _ no voy a mentirle, no supliqué ni pedí disculpas, no tenía por qué_ nadie llegó a abrirme la puerta, así que me las ingenié para salir por la ventana. Gracias a Dios, mi cuarto está en el primer piso. Salí corriendo por el jardín y entré en silencio para tomar las llaves del carro. Julio, mi tercer hermano, me vio justo cuando alcanzaba el llavero.

_ ¡Rustrián, se salió Alejandra!

Rápido agarré las llaves y salí como pude, ya sin mochila ni nada. Cuando estaba en el garage me di cuenta que las llaves que llevaba eran las del carro de mi mamá, pero no podía regresar por las mías. Me metí a la minivan y arranqué justo a tiempo.

A medio camino ya me había tranquilizado, aunque sabía que iba sin la tarea, al menos iba. ¡Cuál no sería mi susto al ver que, en el semáforo de la 12 calle, un tipo que iba dos carros atrás en el carril derecho le apunta un arma al que iba junto a mí en el izquierdo! Estaba en un fuego cruzado.

Vi el semáforo: rojo. No podía darme el lujo de quedarme, pero chocar no era buena alternativa tampoco. Entonces sonó un disparo. Sin pensarlo aceleré, y por fortuna nadie pasó en la intersección. A los pocos segundos supe que algo iba mal. El carro empezó a ladearse a la izquierda, y sólo tuve el tiempo justo para orillarme. Cuando bajé del carro entendí la razón: mi llanta había estallado, seguramente fue el disparo que escuché. No pude menos que agradecer que el asaltante no había apuntado más alto.

Saqué el teléfono para llamar al seguro, y de inmediato me retracté del agradecimiento de hace unos segundos: en la mochila de Rustrián iba mi celular. Resignada, saqué la caja de herramientas para intentar cambiar la llanta, aunque nunca lo había hecho con una minivan. Obviamente mi mamá tampoco, porque la llave de chuchos no correspondía con los aros de su Hyundai. Para ese momento concluí que alguien debía haberme echado una maldición.

_ ¿Pasa algo?_ me prguntó un joven. Iba vestido con un traje parecido al de los empleados del banco que ahora mismo atravesaban la calle, así que me inspiró confianza.
_ Se me estalló una llanta, no tengo cómo llamar al seguro y la llave de chuchos no coincide. Suerte la mía, ¿no?
El joven soltó una risa agradable y me ofreció su celular.
_ Si no te importa llamar del mío...
Sonriendo, tomé el aparato y marqué al tiempo que agradecía. Esperé que contestaran. Cuarenta segundos y sólo el mensaje del PBX.
_ ¿Puedo llamar otra vez?_ pregunté apenada. Él asintió sonriendo.
Después de tres intentos fallidos, al fin me dieron línea. Me dieron un tiempo de veinte minutos, y mi salvador desconocido se marchó después que le aseguré que no era necesario que esperara.

Con todo lo malo que me pasó ese día, la aseguradora no podía ser la excepción. Primero se tardaron cuarenta minutos_ no veinte_ en llegar, y aparte ellos tampoco llevaban la llave correcta. Recordé que no les había dicho que no llevaba mi carro. Afortunadamente fueron muy amables y me dijeron que irían a una estación cercana por otra llave. Fue una espera de media hora, porque para ese entonces ya había mucho tráfico, en parte causado porque estaba yo allí bloqueando uno de los carriles. Al fin llegaron y me repusieron la llanta.

Cansada como estaba, decidí llegar por lo menos al final de su clase y tomé la sexta calle. Y sí, al parecer Murphy decidió ser mi copiloto hoy. ¿Vio la abolladura del bumper? Tiene un nombre y un número de placa, fue el tipo que se pasó el semáforo en rojo y me dio justo en la puerta trasera. Lo que se siembra se cosecha, dicen por ahí.

Naturalmente, nos tomó media hora arreglar todo (habría sido más pero los de mi seguro andaban cerca) y para cuando vine, el parqueo estaba llenísimo, sin mencionar que eran las siete y veinticinco. Cuando se desocupó un lugar, me di cuenta que el carro que se estaba yendo era el suyo, y ahí fue cuando me dijo que necesitaba esta excusa por escrito, ya que tenía un compromiso que atender.

Mis sinceras disculpas por no llegar a su clase.

miércoles, marzo 03, 2010

Proceso creativo


Hice un monton de dummies para un trifoliar, el que quedo en pie fue el ganador

lunes, febrero 15, 2010

Manual para Respirar - Homenaje a Cortázar

Si estás leyendo esto es porque, o bien estás sintiéndote un poco desfallecido, o simplemente el color de tu piel ha pasado de sonrosado a un azul cenizo en unos cuantos minutos. No entres en pánico. Simplemente sigue estos pasos uno a uno, es muy importante no saltarse nada aunque no te sientas con mucha paciencia en este momento.

Primero, cierra los ojos. Si para este momento no sabes bien cuáles son o cómo cerrarlos, bastará con que muevas tus manos hacia arriba y adelante, cerca de tu cara, hasta que dejes de percibir la luz. Acerca más las manos hasta que sientas que rozan con algo suave, se llaman pestañas. Ten cuidado de no hacerlo demasiado rápido o quedarás, además de asfixiado, con unos globos oculares irritados y llorosos.

Ahora desliza tus manos hacia abajo, sentirás una protuberancia al pasar: se llama nariz, puede ser grande, pequeña, incluso hay quienes sienten un pinchón con sólo tocarla; en cualquier caso todas tienen al menos un agujero, casi siempre son dos. Recuérdalo bien, volveremos a ello más tarde. Sigue hacia abajo y encontrarás un par de bultos más y después una hendidura que llamamos cuello. Continúa un poco más y llegarás a una zona que se eleva un poco. Hemos llegado al tórax.

Presiona duro el tórax. Sentirás un pequeño dolor. Repítelo con una mano cerca de loa agujeros de tu nariz, si sientes una pequeña brisa lo habrás hecho bien. Ahora intenta reproducir ese mismo dolor_ y la misma brisa_ comprimiendo el tórax por sí solo. Descuida, casi nadie lo logra a la primera. Vuelve a presionarlo si crees que es necesario.

Ahora viene lo más difícil: intenta hacer esto mismo a la inversa. Es decir, en lugar de hundir tu pecho, éste debe agrandarse un poco. Sucederá lo contrario, el aire entrará a través de tu nariz en lugar de salir. Una vez lo consigas, gran parte de tu malestar desaparecerá. Emocionante, ¿no? lo que acaba de entrar a tu tóraz es aire.

Aún no bajes la guardia, el aire que con tanto esfuerzo acabas de conseguir desafortunadamente no sirve por mucho tiempo. Vuelve a repetir el primer procedimiento para que pueda albergar aire nuevo. Es importante que no dejes de realizar ambas acciones, una detrás de otra.

Sé lo que estás pensando: vivir respirando a cada minuto, cada segundo, es mentalmente agotador por no decir tedioso. Pero acabarás acostumbrándote; tanto, que un día podrás hacerlo hasta dormido. Literalmente.


Texto inspirado en las maravillosamente obvias Instrucciones para subir una escalera de Julio Cortázar

martes, febrero 02, 2010

El sombrero tuitero


A pedido de guilleybruno, una foto del sombrero de la banda Alternativa

Por favor deme un latté mocca menta suave descremado...


... con unas mariposas y un álamo de adorno por favor.

miércoles, enero 06, 2010

El rostro perfecto

Estaba viendo un podcast hace un momento y lo pausé antes que terminara. La imagen quedó congelada cuando la persona tenía una mueca bastante desagradable, así que pensé avanzar un poco más el vídeo para que luciera más "decente". Si alguna vez han hecho algo parecido, sabrán que es casi imposible. Pero, vaya, nunca he estado hablando con alguien y pensado "Dios mío, qué fea forma de pronunciar la efe" o "durante este milisegundo abrió demasiado los ojos y se ve asustado".

Al igual que nuestra cara, nuestra vida tiene muy pocos momentos perfectos. El gusto por un éxito aislado durará meses cuando mucho, y aún así esos meses están salpicados por peleas menores, choques de tránsito, mala atención en un restaurante, uno que otro dolor en el cuerpo e incluso un corazón roto. Pero si tan sólo nos detenemos un momento a observar el cuadro completo, veremos que aunque cerramos mal los ojos o se nos ven las encías al hablar, somos bellas o guapos, y que tenemos éxito por el solo hecho de ser un poco mejores que ayer, que hace una semana, que antes.

Si quieren verse perfectos, sonrían y tómense una foto. Pero si nos detenemos sólo en lo que podemos hacer bien en la vida, no pasaremos de ser meros maniquíes en una maratón.

Dia de Reyes para el gato



sábado, enero 02, 2010

Video